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Los comedores de la Universidad de Los Andes (ULA), específicamente los del Núcleo-Mérida, atraviesan actualmente por una serie de dificultades para funcionar correctamente. Por ejemplo la escasez de alimentos, principalmente porque no llegan muchos productos básicos como la pasta, el arroz, los granos, las harinas de trigo y de maíz, la mantequilla, entre otros; así mismo es necesario la apertura de una nueva planta física y la contratación de nuevos nutricionistas.

Iris Fernández, jefe de la Unidad Nutricional y Dietética de los comedores ULA y jefe encargada del comedor de La Liria, informó que a pesar del esfuerzo que hacen para ofrecer a los estudiantes una bandeja de comida completa, con todos los alimentos necesarios que se deben incluir en la dieta estudiantil, cada día se hace más difícil. Indicó Fernández que desde hace mucho tiempo no se sirve arroz, pasta, arepa, pan y menos aún postre, este último formaba parte de la ya acostumbrada bandeja de la ULA.

Por otra parte, dijo que otra de las necesidades es la apertura de un nuevo comedor y, aunque ya existe la planta física, que está ubicada en la Facultad de Medicina, aún no está en funcionamiento dado que no cuenta con el equipamiento requerido, además se desconoce si la administración la va a llevar la ULA o si será otorgada a un concesionario.

Con respecto a los requerimientos, en lo que tiene que ver con personal, indicó que actualmente existen un nutricionista y dos ecónomas en el comedor de Los Chorros, una nutricionista y una ecónoma en el comedor de La Liria y un supervisor de cocina que ejerce funciones de nutricionista en el comedor de La Hechicera, por lo que hace falta la contratación de al menos dos nutricionistas más.

Para concluir, dijo Fernández que los comedores estudiantiles cada vez más reciben mayor población estudiantil y en virtud de ello, ya no se dan abasto. “Hay una gran necesidad de que se disponga de otro comedor dado que la demanda estudiantil es muy grande. Solo el comedor de La Liria distribuye aproximadamente 2 mil 800 almuerzos y 2 mil 100 cenas. Ofrecer tanta comida para un solo comedor hace que la calidad de la bandeja y de la preparación de los alimentos bajen”.

Licenciada Iris Fernández en compañía del personal del comedor de La Liria. Foto: Anny MaldonadoLicenciada Iris Fernández en compañía del personal del comedor de La Liria. Foto: Anny Maldonado